Te susuraw
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Hemos estado puliendo la piedra, y aunque tal vez no lo sepas, ¡tú también!
«Puliendo la piedra» es una frase que surge de nuestra comprensión de la vida.
(cuando digo nuestra, me refiero a Mon, mi marido y a mí).
«Puliendo la piedra» se ha convertido en nuestra frase-código. Una frase segura y respetuosa que hemos estado utilizando en nuestro día a día.
«Puliendo la piedra» nos apoya a mantener nuestro foco y nos impulsa a continuar recorriendo nuestro camino en consciencia y alineación.
“Estamos puliendo la piedra”
“Este cambio pule nuestra piedra”
“¿Me ayudas a pulir la piedra?”
son algunas versiones de nuestra frase-código puesta en práctica.
Nos hemos expresado así en algunas conversaciones, en momentos de reflexión, de recogimiento, de conexión...
Las primeras dos expresiones, las hemos utilizado en diferentes momentos al reconocer que estábamos siendo movilizados.
Por ejemplo, ante una circunstancia que nos sorprende y nos sacude, decir en voz alta, “este cambio pule nuestra piedra” es una práctica de reconocimiento y confianza.
Reconocemos que los cambios son parte inherente de la vida, y que hay mucho que no sabemos.
Confiamos en que la vida siempre nos sostiene, y que cada reto o evento pide ser transitado, es una invitación a la apertura, y apoya el proceso de pulir nuestra piedra.
La tercera expresión, en formato pregunta, la solemos utilizar para pedirle al otro (Mon a mí y yo a Mon) que nos acompañe a ver más de lo que no vemos.
Hemos estado puliendo la piedra
Mon y yo somos conscientes de que como pareja, como familia y como individuos, estamos siendo llamados a «pulir la piedra».
Nosotros entendemos «pulir la piedra» como un proceso continuo en el cual no hay búsqueda de resultado.
No, no estamos puliendo la piedra para ser piedras ‘pulidas’.
Estamos sólo, puliendo la piedra.
Estamos transitando el proceso.
Estamos transitando un proceso en el que la vida nos invita a alinearnos aún más.
Al pulir la piedra, se genera un movimiento que esclarece nuestro camino y se expande nuestra consciencia.
Puliendo la piedra nos descubrimos más vivos, más expuestos, en mayor apertura, y a la vez, nos reconocemos más livianos, más serenos, más libres.
Como una práctica y un proceso, «puliendo la piedra» va esclareciendo nuestra mirada y nos va alineando aún más a nuestros valores.
Nuestra mirada de la vida, de nosotros mismos, de nuestra familia, de nuestros hijos, de la enfermedad, de la salud, de la muerte, del dinero, del emprendimiento, se está esclareciendo.
Estamos conectando desde una mirada más pura y más amplia.
Nuestros hábitos y formas de vivir se están alineando cada vez más a nuestros valores y a los valores que queremos desarrollar y consolidar… Compasión, humildad, naturaleza (lo natural), familia, gratitud, respeto, amor.
Ok, Kass!
Y, ¿de dónde viene «puliendo la piedra»?
Mon me habló de una entrevista que le hicieron a Steve Jobs, en la que le preguntaron qué era importante para él en el desarrollo de un producto.
Jobs respondió que detrás del desarrollo de un buen producto siempre hay un gran equipo.
Para recrear esta respuesta, Steve Jobs compartió un recuerdo de su infancia.
Un vecino lo invitó a recolectar unas piedras de su jardín para introducirlas en una vieja pulidora de rocas que él mismo había fabricado.
Al día siguiente, Jobs volvió a casa de su vecino y del tambor de la pulidora sacaron unas hermosas piedras pulidas.
Esa experiencia le marcó, y en esta entrevista, Jobs expresó:
“Es a través del equipo, a través de un grupo de gente extraordinariamente talentosa, chocando unos con otros, con argumentos, con peleas en ocasiones, con ruido y trabajando, como se pulen unos a otros y pulen sus ideas, y lo que resulta son rocas hermosas".
Ésta es la historia que inspiró nuestra frase-código: «Puliendo la piedra».
Desde nuestra experiencia
Te regalo una imagen.
Imagina que Mon, nuestros dos hijos y yo, somos cuatro piedras que se introducen en el tambor de una pulidora para ser pulidas.
Para ser pulidas, no para ser perfectas.
Para encontrarnos, vernos, reconocernos, sentirnos, experimentarnos, para des-cubrirnos, para soltar lo que pesa, para alinearnos, para recorrer el camino en consciencia, sabiendo que desde ese lugar experimentamos la vida en mayor liviandad.
Desde el 2019, los cuatro hemos estado puliendo nuestras piedras, y cada año que pasa, el tambor de la pulidora coge mayor impulso, haciendo que se mantengan en ese proceso transformador.
Hoy empezamos a comprender que mientras estemos vivos, la vida nos continuará invitando a pulir la piedra.
¡Y esa invitación la sentimos como un auténtico regalo!
En mi experiencia…
Pulir mi piedra ha sido (y es) un proceso.
Es continuo, y aunque a veces no se siente progresivo, siempre hay evolución.
El único objetivo de este proceso, si es que lo hay, es mantenerme en el proceso de pulir la piedra.
Cada vez más suelta en el tambor, cada vez en mayor apertura, coherencia y respeto a lo que soy, a lo que siento, a lo que sucede en mí y ante mí.
Pulir mi piedra ha sido doloroso y transformador.
Para mí, ha sido doloroso. No tiene por qué serlo para todos.
Aunque sí considero que para todos, pulir la piedra puede ser transformador.
Pulir mi piedra ha abierto espacios, despidiendo obstáculos, y así he continuado caminando en confianza y mayor libertad.
Pulir mi piedra me ha llevado a soltar capas que pesan y que ya no resuenan. ¡Bendita liviandad!
Pulir mi piedra me enamora más de la vida, llevándome a reconocer una y otra vez que la vida es un milagro.
Pulir mi piedra, y ser consciente de que mi piedra se está puliendo, me conecta al asombro. Me quedo deslumbrada al reconocer que mi piedra puede ser pulida y que existe la posibilidad de que brille aún en mayor armonía.
La vida me sostiene y soy amada.
La vida te sostiene y eres amada/o.
Tu experiencia
Tal vez no lo sabes… la vida también te ha estado invitando a pulir tu piedra.
Podrías identificar…
Una relación en la que ‘tus formas’ y ‘las suyas’, chocan.
Ese choque no tiene por qué llegar a doler.
Ese choque sólo busca pulir tu piedra.
Un momento en el que te has sentido de manos atadas, sin encontrar solución para eso que quieres resolver. Reconoces que no todo depende de ti, y experimentas frustración.
Esa frustración, puede ser la fuerza que te mueve a pulir tu piedra.
En cada momento de contracción, de encuentro, de confusión, de intercambio, de frustración, de dolor…
La vida te presenta oportunidades para pulir tu piedra.
Pulir tu piedra
Si la Tierra es el tambor de esa pulidora,
y si tú, tu pareja, tus padres, tus hijos, tus compañeros… sois las piedras que se introducen en ese tambor,
entonces, la vida sería «el proceso de pulir la piedra».
Si la vida es «el proceso de pulir la piedra»,
tu pareja y tú, por ejemplo, os vais a encontrar en un baile dentro de ese tambor y, sí o sí, habrá intercambio entre vosotros.
Os vais a topar, vuestros cuerpos, ideas, miradas… se van a rozar.
Cada encuentro y fricción generará energía con la única intención de pulir la piedra… con la única intención de cambiar, de transformar, de generar un movimiento, de generar vida, de moveros en expansión, de impulsar vuestra evolución.
Si te abres y te sueltas dentro de ese tambor para que «el proceso de pulir la piedra» pueda fluir tal y como es, tu experiencia de la vida podría ser más amable, más armónica, más fluida.
Si te mantienes en un estado de rechazo, resistencia, cierre, tu piedra será pulida desde la contracción, por lo que cada encuentro podría llegar a experimentarse como un choque brusco, generando sufrimiento, desgaste y desintegración.
Apoyándote a «pulir tu piedra»
Puedes elegir una etapa de tu vida, una circunstancia, un evento, o una relación sobre la cual hacerte estas preguntas.
Preguntas que pueden guiarte a desvelar tu contracción, y una vez consciente de ella, iniciar un trabajo de auto-indagación.
¿Qué hay aquí para mí? ¿A qué me invita esta etapa?
Ante esta circunstancia, ante esta persona, en esta discusión, ¿qué emociones y sensaciones se activan en mí?
¿Abro espacio para sentir, para experimentar completamente esta emoción/esta sensación?
¿Reprimo esta emoción? ¿Me distraigo para no sentir?
¿Qué me susurra esta emoción? ¿De qué me habla?
¿Desde qué lugar en mí estoy viviendo esta etapa, este evento?
¿Estoy resistiendo lo que es, lo que ya está siendo? - Me da miedo que…, No quiero que…
¿Estoy respondiendo o estoy reaccionando?
¿Desde qué energía estoy respondiendo?
¿Qué necesito para desarrollar la habilidad de responder de forma sana a este acontecimiento?
¿Qué requiero, qué necesito, para sostenerme a mí misma/o en este momento?
¿Qué me suma, qué me aporta valor, para poder afrontarlo desde un lugar más amable?
¿Qué me resta, qué me distrae, o qué me quita energía al afrontar este reto?
¿Estoy ocupando mi espacio, estoy asumiendo mi parte, para desde ahí, desde ese lugar natural, responder/afrontar?
De PimKass para ti
es una sección de susuraw en la que Mon y yo te entregamos una dinámica PimKass para llevar la teoría a la práctica, una serie molona, y un evento donde encontrarnos.
Dinámica PimKass
en 4 pasos
Yo le he pedido a Mon que pula mi piedra. Mon también me ha pedido que pula su piedra.
Queremos la información del otro, su mirada que contrasta la mía.
Un ‘otro’ que me acompañe a pulir mi piedra hace que mi proceso sea más rico y valioso.
1 - Todo empieza con ‘un darme cuenta’
Me doy cuenta de que…
algo no fluye,
necesito apoyo,
la vida sugiere un cambio,
deseo caminar en mayor alineación.
2 - Continuamos con una invitación, petición o búsqueda
Invito a mi pareja, a que juntos aprendamos sobre comunicación asertiva.
Le pido a mi amiga que me acompañe en este reto.
Busco un profesional calificado que me acompañe en mi trabajo de auto-indagación.
3 - Seguimos con el diseño de nuestra frase-código
Juntos, mi pareja y yo, encontramos o diseñamos una frase-código, una frase segura y respetuosa que nos apoye a comunicarnos asertivamente.
Identifico una frase que mi terapeuta o maestra utiliza reiteradamente y hago de ella mi frase-código.
Te comparto dos ejemplos personales:
Mon y yo tenemos nuestra frase-código. ¿Sabes cuál es? (gesto de risa) - Oh Yeah!, «Puliendo la piedra».
De adolescente, mi terapeuta y yo usábamos «Good enough» como esa frase-código que me conectaba a la flexibilidad, ayudándome a soltar mi búsqueda de perfección.
4 - Lo vivimos como una dinámica
Mi pareja y yo acordamos utilizar nuestra frase-código en momentos de reto, para cortar la densidad del momento y poder conectarnos desde una mirada más pura y amplia.
De esta forma, abriremos espacio sano a sentir, podremos ver más allá de lo aparente, y atravesaremos lo que pide ser atravesado desde un lugar más sabio y sano.
Serie - The Bear
Un tanto dura de roer
y para nosotros
¡un pedazo de masterpiece!
Podríamos decir que cada capítulo es más intenso que el anterior.
Movimiento de cámara, diálogos acelerados, un capítulo entero en plano secuencia (¡sin cambios de cámara!)…
Personajes en la complejidad de sus vidas, trauma, abandono, duelo, sufrimiento…
The Bear es un buen ejemplo del proceso «puliendo la piedra».
Un baile desde el choque, la fricción, la resistencia, la insistencia, la contracción y la frustración… hacia el encuentro, el intercambio, la armonía y la evolución.
Mon y yo la vimos en Disney Plus.
Inhalo - Exhalo
¡Y aquí está, nuestro primer susuraw!
Gracias,
Para mí es un honor poder regalarte un susuraw que te acompañe en tu camino de vuelta a casa.
Te abrazo fuerte y sentido,
Kass.